(...) Incluso los apologistas de la glaciación química admiten que estamos agotando el capital de la naturaleza al explotar la tierra y desechar después el terreno gastado. Esta imprudente ingratitud, que se justifica por la "necesidad" económica creada por nuestro consumo cada vez mayor de madera barata, parece una señal externa de arrogancia y confusión internas.
La madera y los productos madereros como el papel no son el problema. La madera nos proporciona un techo y papel con que alimentar la mente y el espíritu, indiscutiblemente aportaciones positivas. Los productos madereros pueden ser mucho más sostenibles que otras alternativas como el acero, los ordenadores y el plástico, que consumen grandes cantidades de energía y productos naturales no renovables. El problema de la economía forestal moderna radica en la forma desequilibrada con que obtenemos madera de la tierra. Nuestras leyes y reglas económicas sitúan el beneficio a corto plazo de la extracción por encima del resto de valores. No tiene por qué ser así. Podemos volver a encontrar la senda de la gestión cuidadosa centrada en el bienestar a largo plazo tanto de seres humanos como de los bosques. (...)
En un metro de bosque
Un año observando la naturaleza
Autor: David George Haskell
Editorial: Turner Publicaciones S.L.
Año 2014
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